República Checa.- Polonia admitió haber invadido brevemente la República Checa el mes pasado en lo que el Ministerio de Defensa polaco describió como un "malentendido".
Las tropas polacas que custodiaban la frontera como parte de las medidas de coronavirus tomaron posiciones junto a una capilla en el lado checo de la frontera.
Aparentemente se quedaron allí por varios días. Los soldados impidieron a los visitantes checos acceder al sitio. Las autoridades checas finalmente intervinieron contactando a Varsovia.
El incidente tuvo lugar en el noreste de Moravia, en un área que forma parte de la tierra histórica de Silesia, parte de la cual se extiende hasta la actual República Checa.
Polonia ha descrito el incidente como un error, aunque el Ministerio de Relaciones Exteriores checo ha dicho que aún no ha recibido una explicación oficial.
La historia apareció por primera vez en el periódico regional Denik. Un ingeniero de construcción que supervisaba las reparaciones en la capilla había querido tomar fotografías del yeso.
Pero fue rechazado por soldados polacos armados con ametralladoras, que habían colocado un obstáculo en el camino que conducía a la capilla.
Ejército polaco para enseñar a las mujeres en defensa propia gratis Denik luego envió un fotógrafo al sitio. Sus fotografías parecen confirmar la cuenta del hombre. La capilla se encuentra a 30 metros dentro del territorio checo.
El borde está formado por un pequeño arroyo. Denik afirmó que los soldados inicialmente habían tomado posiciones en la orilla polaca del arroyo, pero por razones desconocidas habían decidido hacer una breve incursión en territorio checo. No está claro cuánto duró la "ocupación" polaca.
El ingeniero de construcción dice que fue rechazado del sitio el jueves 28 de mayo. Los soldados aún estaban allí el fin de semana, informó Denik, cuando el equivalente checo de Amigos de la Tierra debía celebrar una pequeña reunión programada en Pelhrimovy, un pueblo local.
El coordinador local del movimiento, Ivo Dokoupil, intentó explicar a los polacos que su grupo planeó una breve visita a la capilla para tomar fotografías. Fue rechazado sin ceremonias.
Un soldado vestido con el uniforme de un estado extranjero y con una ametralladora comenzó a darme órdenes. Fue una experiencia aterradora, dijo Dokoupil al periódico.
"No me dejaron acercarme a más de 10 metros". En este punto, al parecer, se contactó con la policía local checa y se ordenó a las tropas que se fueran.
La colocación del puesto fronterizo fue el resultado de un malentendido, no un acto deliberado. Se corrigió de inmediato y el caso se resolvió, también por la parte checa, dijo el Ministerio de Defensa de Polonia a CNN.
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